La cuestión fundamental que se suscita desde el Plan es la RECOMPOSICIÓN ESTRUCTURAL y a la vez formal, de una ciudad, que en su crecimiento, mediante tejidos fracturados entre sí, no ha alcanzado a configurarse con un ORDEN GLOBAL en su relación centro histórico-periferia, ni entre sus distintas periferias y, por ende, como tal ciudad en su conjunto, respondiendo a su vez a la COMPLEJIDAD de las relaciones que han ido surgiendo entre las distintas partes de la ciudad, solucionando la debilidad o insuficiente estructuración de la “MANCHA URBANA”. La integración estructural de la diversidad morfológica y funcional sólo puede conseguirse mediante elementos que contribuyan tanto a aumentar una conectividad insuficiente, y una accesibilidad discriminatoriamente diferencial como a reforzar o recrear esas señas de IDENTIDAD morfológica en las que se apoya también la deseada integración en la ciudad. De ahí la atención prestada a la correlación entre la FORMA de cada elemento y su LUGAR.