El mantenimiento “sine die” del Plan General del 86 vigente presenta, a priori, un problema evidente: la obsolescencia del modelo de ciudad establecido en dicho plan. Para revertir esta disfuncionalidad, el nuevo Plan debe establecer una estrategia basada en la REPROGRAMACIÓN de actuaciones ya previstas, la INTEGRACIÓN URBANO-AMBIENTAL de los ámbitos territorial ocupados por edificación residencial irregular y proponer una serie de ACTUACIONES ESTRATÉGICAS en el marco de la planificación territorial vigente. La IDENTIFICACIÓN DE TENDENCIAS y la PARTICIPACIÓN CIUDADANA constituyen la premisa de partida del Nuevo Plan para la constitución concertada de las nuevas determinaciones urbanísticas establecidas.