El Avance del Plan General de Legazpi se presenta como el documento que sienta las bases del que será el nuevo PGOU del municipio. Este proyecto de ordenación surge ante la necesidad de renovar el Plan de Ordenación vigente, que entró en vigor hace quince años. El nuevo plan, por lo tanto, asume el reto de construir una nueva ordenación municipal que se adapte a la realidad socioeconómica actual y al marco jurídico de referencia de las políticas de ordenación del territorio y urbanismo.
A la hora de establecer las estrategias y objetivos, el Avance del plan general toma referencia de distintos documentos, como la Agenda Urbana Española 2030, la Agenda Urbana de Euskadi – Bultzatu 2050 y las Directrices de Ordenación del Territorio de Euskadi de 2019. Estos documentos plantean líneas estratégicas y objetivos enfocados en la evolución hacia una concepción integral del territorio, en el que el entorno natural, el entorno rural y el entorno urbano se complementen con el fin de mejorar el ecosistema y construir territorios sostenibles y resilientes, que mitiguen y se adapten al cambio climático. Así mismo plantean estrategias y objetivos que buscan construir territorios que reduzcan la segregación social y sean inclusivos con todas las personas, ofreciendo oportunidades y calidad de vida a los ciudadanos, y asumiendo la necesidad de construir el territorio entre todos y todas.
En base a esto se proponen diez estrategias a partir de las cuales se articula el Avance del Plan General:
En lo referente a la clasificación y categorización del suelo, el Avance del Plan General se basa en el artículo 10 y siguientes de la Ley 2/2006, de 30 de junio, de Suelo y Urbanismo (LSUCAPV) y el Real Decreto Legislativo 7/2015 por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana (TRLSRU).
Las primeras propuestas que hace el Avance del Plan General están en relación con la ordenación de los suelos no urbanizables. Estas ordenaciones están mediadas por los condicionantes superpuestos recogidos en las Directrices de Ordenación Territorial de 2019, que regulan seis categorías básicas de ordenación del suelo en función de su vocación territorial, los condicionantes de riesgos naturales y cambio climático, y por último todo lo referido a la infraestructura verde.
De los cuatro aspectos que recoge la DOT 2019 sobre riesgos naturales y cambio climático, en Legazpi se identifican cinco puntos, ya que hay un acuífero de alta vulnerabilidad, zonas sensibles, huellas con riesgo de erosión, áreas inundables para T500 y montes de utilidad pública.
En lo respectivo a las categorías básicas de ordenación y la infraestructura verde, debemos entender que conforman un mosaico que articula el territorio, pero no suponen la misma categoría, aunque converjan en algunos espacios. Las categorías de ordenación del suelo no urbanizable ordenan los suelos de especial protección, los suelos de mejora ambiental, los suelos agroganaderos y de campiña, los suelos forestales, las áreas protegidas de aguas superficiales y el suelo de los núcleos rurales. Por su parte, la infraestructura verde está formada por los elementos más relevantes de valor ambiental cualificado. No debemos entender esto solo como elementos propiamente naturales, ya que la infraestructura verde considera el territorio de forma holística, por lo que también incluye espacios propios del entorno urbano del municipio, como los espacios libres. La unión de todos los elementos resulta una articulación del territorio que además de favorecer la conexión entre los distintos espacios naturales del municipio, también interrelaciona el medio rural, el medio urbano y el medio natural, buscando mejorar el ecosistema y además dar valor a los espacios naturales que articulan el municipio.
Las propuestas del Avance del Plan General sobre el suelo urbanizable y el suelo urbano no consolidado suman un total de dieciséis actuaciones. Las propuestas de actuación en suelo urbanizable buscan la transformación de suelos ¡para adherirlos a la trama urbana del municipio. Se proponen dos actuaciones en suelo urbanizable, una de carácter residencial y una de carácter económico. En cuanto a las actuaciones en el suelo urbano no consolidado, lo que buscan es mejorar y/o renovar la urbanización de estos suelos. Se proponen 14 actuaciones, de las cuales se distinguen once de carácter integral y tres de carácter dotacional.
Estas propuestas buscan desarrollar los objetivos y las estrategias establecidas en el Avance del Plan General, por lo que buscan desarrollar medidas que den lugar a una ciudad compacta en la que se eleve la densidad en el suelo urbano, evitando la urbanización de grandes porciones de suelo. De hecho, en las dos propuestas de actuación en suelo urbanizable que hace el Avance, se refleja esta búsqueda de la compacidad, ya que se hacen en terrenos que favorecen la compactación del núcleo urbano y lo cierran. Además, propone unos espacios públicos de calidad, accesibles y multifuncionales, que se conviertan en espacios de convivencia e integración y que hagan de enlace entre la trama urbana y la estructura verde y azul. Así mismo, el Avance busca dar respuesta a las necesidades de vivienda y a su vez genere espacios multifuncionales, donde florezcan nuevas formas de producción y actividades económicas verdes, creativas y de servicios.
Entre las actuaciones propuestas hay tres que destacan por su carácter estratégico que definen en gran medida el modelo propuesto por el Avance del Plan General. De estas tres actuaciones dos se desarrollan en suelo urbano no consolidado y una en suelo urbanizable.
La primera actuación estratégica señalada es la AI-10 Azpikoetxe. Esta actuación es uno de los objetivos principales de la propuesta. Busca convertir un ámbito del borde urbano de Legazpi en un espacio urbano singular al que otorgar una nueva centralidad a partir de la creación de un gran espacio público con el río Urola como eje integrador y protagonista del ámbito. A esto se le suma la puesta en valor del Museo Chillida Lantoki y el Molino de papelero Azpikoetxea. Además, propone completar el tejido urbano residencial con una oferta de 184 viviendas, de las cuales el 40% estarán sometidas a algún régimen de protección. Esta transformación incluye una mejora de las dotaciones, del ámbito para adaptarlas a la nueva densidad residencial y mejorar su conexión con el resto de la ciudad.
La actuación AI-06 Zaldu, interviene en un espacio industrial. La propuesta tiene como aspecto principal la integración de un nuevo vial de acceso Norte a la ciudad, que enlace con la autovía y libere a los viales del municipio del tráfico generado por las actividades económicas de esta zona. Además, se propone la construcción de un parking público que de respuesta a la necesidad de aparcamiento de la zona para los trabajadores que vienen de otros municipios o del mismo Legazpi. Por último, propone una actuación en el parque de la ladera de Zaldu, para preservar y mejorar su vegetación, añadiendo también nuevas vías peatonales que mejoren la conexión de la parte alta del barrio de san Juan.
La tercera actuación estratégica es la SUS-01 Goialde Norte. Esta actuación delimita la trama urbana al Noroeste, incluyendo la regata de Urtatza y una serie de huertos urbanos. Este suelo ya está considerado urbanizable por el plan vigente, aunque no se llevo a cabo la intervención. La propuesta busca generar un nuevo entorno urbano en el que se propone una edificabilidad de 57 viviendas, de las cuales 43 tendrán régimen de protección. Las zonas con mayor pendiente se utilizarán para construir espacios libres, que servirán también como conectores entre el medio natural y el medio urbano, favoreciendo a la estructura verde de la ciudad.
El Avance del Plan General hace propuestas referidas al sistema de comunicaciones y movilidad y al sistema general de espacios libres. Estos dos sistemas actúan como elementos vertebradores del territorio, aunque incidan en él de forma diferente en escala y función.
Las propuestas sobre el sistema viario inciden en los tres componentes básicos del sistema de comunicaciones de Legazpi, el sistema viario, el sistema ferroviario y la red básica de movilidad alternativa al transporte motorizado. La mejora de estos sistemas tiene efectos en la calidad de vida de los ciudadanos, no solo por las facilidades que ofrecen en el transporte, sino porque también tienen como fin reducir el uso del vehículo privado, lo que favorece a la seguridad del uso del espacio público. En este aspecto una de las propuestas más destacadas es la transformación de la estación ferroviaria, dotando al edificio de paso inferior con escaleras y ascensores, que garantice la accesibilidad y mejore la seguridad de la estación. También destaca la inclusión de la red de caminos rurales en sistema de comunicaciones de la ciudad con el fin de mejorar la red de comunicación del entorno agrario y de potencial la relación de los ciudadanos con la naturaleza.
El sistema general de espacios libres por su parte recoge aquellos espacios que conforman un conjunto de piezas que inciden en la definición morfológica y estructural del hecho urbano. En el Avance del Plan General, las consideraciones sobre el sistema de espacios libres se articulan en torno a tres principios. El primero es la solvencia cuantitativa, que busca responder a la legislación vigente, que establece un estándar mínimo de 5m2 de espacio libre por habitante, aunque la voluntad del Plan General es alcanzar los 10m2 de espacio libre por habitante que formula la OMS. El segundo principio es la singularidad posicional, que reconoce el espacio libre como un referente estructural-paisajístico del modelo urbano-territorial propuesto. El tercer principio es la conectividad ecológica que genera lazos de continuidad entre lo urbano y lo rural, es decir, una apuesta por una condición urbana más naturalizada, ecológica y conectada con la infraestructura verde que la rodea.
Con la propuesta del plan, se pretende alcanzar la ratio de 10m2 por habitante, ya que los espacios libres propuestos en Tallerite, Goialde y en Zaldu añaden un total de 28.382m2 al sistema general de espacios libres. La construcción de estos nuevos espacios y las reformas de los existentes se harán teniendo en cuenta la combinación de elementos de ajardinamiento con zonas aforestadas, teniendo también en cuenta criterios de diseño urbano seguro, para favorecer el uso cotidiano de estos espacios por toda la ciudadanía, de forma que cumplan una función relacional integradora.
Sobre el sistema general de equipamientos el Avance del Plan General actúa vinculándolo al concepto de calidad de vida, ya que estos equipamientos inciden en el bienestar físico, social, y psicológico de las personas. Los equipamientos colectivos forman, por tanto, el sistema básico de cohesión, cumpliendo dos funciones fundamentales en el proceso de vertebración de la comunidad: como salario social indirecto y como espacio de consumo colectivo. Pero, además, los equipamientos, o al menos determinadas categorías de equipamientos, deben asumir una función representativa en la configuración del sistema de espacios públicos urbanos.
Por último, el Avance del Plan General incide en las redes y espacios técnicos de infraestructuras para el desarrollo sostenible. Hay que considerar que solo reconocer estas infraestructuras para el desarrollo sostenible, ya abraza un paradigma alejado del economicismo, que amplía la consideración teniendo presentes los costes indirectos sobre el medioambiente, que sea compatible con el marco natural, que asegure un descenso del consumo eléctrico y que reduzca la contaminación. Ello implica coordinar y optimizar los recursos disponibles, procurando la unificación de sus reservas y servidumbres, fomentando la coordinación de las infraestructuras básicas, entre sí, y con la planificación territorial y urbanística. Una planificación integrada, coherente con la capacidad sustentadora del territorio y del medio ambiente, requiere la consideración de los servicios auxiliares imprescindibles para el funcionamiento de la ciudad existente y de los nuevos crecimientos futuros
Todas estas medidas propuestas por el Avance del Plan General, en resumen, buscan ordenar el suelo urbano de forma compatible con su entorno territorial, conservando y mejorando el patrimonio natural y cultural. También define un modelo de ciudad compacto que garantice la calidad, la complejidad funcional y el acceso a los recursos, desde un punto de vista sostenible y resiliente ante el cambio climático, favoreciendo el uso eficiente de los recursos y la movilidad. Propone una ciudad que ofrezca igualdad de oportunidades y sea integradora desde una perspectiva de género, de edad y de capacidades, con un acceso a la vivienda asequible y a su vez haya un acceso al empleo adecuado a las necesidades de la ciudadanía. Todo esto favoreciendo el avance hacia la integración de las tecnologías en la ciudad y bajo una normativa y un planeamiento actualizado, flexible y simplificado, que asegure la participación ciudadana, la transparencia y que favorezca la gobernanza multinivel.