La CIUDAD ES UN ORGANISMO CAMBIANTE y el planeamiento urbanístico de las últimas épocas ha tenido básicamente una actitud defensiva ante cualquier evolución. Impedir, limitar, evitar y prohibir han sido las actitudes mayoritarias del urbanismo hasta ahora. El NUEVO PLANEAMIENTO tendrá que cambiar de actitud y PROPICIAR Y POSIBILITAR aquellas nuevas demandas producto del dinamismo de la sociedad moderna, caracterizado por:

• Ser consciente del marco de incertidumbre de los problemas urbanos, así como de las tendencias, prioridades y modos de atender a esos problemas.
• Interpretar la realidad y las experiencias históricas, considerando que la experiencia es garantía del progreso.
• Preocupado por dotarse de un impulso teórico creador y una voluntad de planificación.
• Reflejar el principio de solidaridad como fin para lograr un equilibrio social, económico y territorial, por encima de intereses individuales o coyunturales.
• Expresarse de forma clara y fácil de interpretar.
• Que pueda ser llevado a la práctica y, en consecuencia, preparado para la gestión en las diversas circunstancias previsibles.
• Estar preparado para ser desarrollado y ejecutado con agilidad, y pensado para poner en práctica actuaciones estratégicas que sean claves en orden a lograr los objetivos planteados.